¡Nunca, jamás, una bruja fue de sangre felina! A las brujas de sangre lobuna les gusta aullar a la Luna. En las noches de plenilunio se suben a las barandillas de los balcones y, con profundos aullidos, veneran a su diosa, incordiando a las vecinas y molestando a los felinos. Celebran ritos estúpidos: escriben poesías sin sentido, beben vino especiado y dan lametazos a la luz de la Luna. Con la última luz de la Luna Llena y la primera del Sol, las brujas de sangre lobuna tras aullar, escribir, llorar y reír, realizan sus últimos rituales: sacuden con brío las penas de las entrañas, restriegan con fervor las piedras que les protegen los corazones, lavan los cabellos con lágrimas no vertidas y secan los huesos encaramadas a los tejados de sus casas. Pasados los tres días de plenilunio, las brujas de sangre lobuna acaban reventadas. La última noche, como colofón de las fiestas, se visten de riguroso rojo, se pintan los labios con la oscuridad del firmamento nocturno y muestran en
¡Qué ilusión ! Ya me han llegado los libros de Sueños/Soños de Cajamarca, donde he tenido el honor de participar con el cuento de un muy especial, en la edición castellana. Estos libros son editados por @antelaeditorial y han sido coordinados por @xavier_estevezf, para la labor solidaria de la ONG Aulas Abiertas, cuyos beneficios serán para los niños y niñas desfavorecidos de la región de Cajamarca en Perú. La edición es preciosa, y hay relatos y cuentos de un gran elenco de escritores y escritoras . ¡Grazas - Gracias, Antela Edicions y Xavier, por contar conmigo! #soñosdecajamarca #soñosdecajamarca #aulasabiertas #proyectosolidario
-Remena, remena, que esta poción no se hace sola. -Ay, Brujota, que sola estás aquí en lo alto de la vida. Aquellos aquelarres eternos de diversión desmedida a la luz de la luna. Los pies sangrantes y desnudos saltando alegres en la hoguera. Ay, Brujota, que sola estás aquí en lo alto de la vida. -Remena, remena, que esta poción no se hace sola. -Ay, Brujita, ¿dónde quedó la inocencia? Seguramente atrapada en un hechizo nigromante. O en una lucha desigual con el amorde poderes ajenos y perniciosos. Ay, Brujita, ¿dónde quedó la inocencia? -Remena, remena, que esta poción no se hace sola. -Ay, Brujilda, que triste estás en el lecho frío y ausente. Aquellas manos silenciosas y apasionadas. Las caricias de piel sudorosa y lasciva. Ay, Brujilda, que triste estás en el lecho frío y ausente. -Remena, remena, que esta poción no se hace sola. -Ay, Bruja, que melancolía tan rara te recorre por las venas. Ese sopor cariñoso de las
Comentarios
Publicar un comentario