EL GATO VEGANO

solo somos parte de la naturaleza, no sus dueños Había una vez un gato vegano, sí, sí, cómo lo lees: un gato vegano. Este gato, desde que nació, sintió que él tenía algo especial en su interior. No era como sus iguales. Se dio cuenta a una temprana edad que matar ratones, arañar perros y vivir al margen de la sociedad era contraproducente para el karma. Él estaba convencido de que podía elevar su alma por encima de sí mismo. Era un felino muy concienciado con ser el cambio que quería ver en el mundo. Pese a que sus hermanos gatos le decían que estaba loco, él tenía claro que quería ser vegano. Fue a un monasterio budista y aprendió a meditar. Fue a un ashram de yoga para practicar. Fue hasta el confín del mundo para darse cuenta de que su hogar estaba en su interior. Un lugar en calma, lleno de armonía, amor y buen hacer. Se instaló en la preciosa casita de sus ancestros en una aldea al lado de la montaña. Se cortó las uñas y decidió vivir en paz. Qué feliz era el Gato Ve...